Antibióticos para tres días de anginas

Tratamientos para tres días de anginas, o para siete. Los envases de los antibióticos cambian su formato para ajustarse a la duración de los tratamientos más habituales. Así, los envases de amoxicilina de 500 gramos, por ejemplo, pasarán de contener 12 comprimidos a 20; o de 24 pastillas a 30. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha hecho públicas hoy las recomendaciones para que los fabricantes adecuen los envases a lo que se ha conocido tradicionalmente como unidosis. Tendrán seis meses para hacerlo.

La medida, destinada a evitar el despilfarro, afectará a algunos de los antibióticos más recetados para tratar infecciones comunes, como la amoxicilina, la azitromicina o la eritromicina. En total, un listado de 25 fármacos.

Los antibióticos se convierten así en los primeros medicamentos en adaptarse a la unidosis. Una medida por la que han intentado apostar sin éxito los sucesivos Gobiernos desde 2002. También la actual ministra de Sanidad, Ana Mato, que lo anunció en abril. La unidosis se irá extendiendo paulatinamente a otros productos. Una iniciativa destinada, según la ministra, a evitar el mal uso de los fármacos y la acumulación de medicamentos innecesarios. “Si una persona tiene una enfermedad y el tratamiento de ésta dura siete días, que el envase tenga las unidades necesarias para los siete días de tratamiento, ni más ni menos”, incidió Mato en ese momento.

Para establecer adecuar las dosis que contienen los envases de los fármacos autorizados a la posología y duración de los tratamientos más habituales, la AEMPS ha trabajado con las sociedades científicas de médicos y farmacéuticos –dese la Semfyc hasta la Sefap--. De aquí a seis meses solo quedarán en el mercado los formatos nuevos, según la Agencia del Medicamento.

La intención es que el paciente tenga que comprar un solo envase (y por tanto utilice solo una receta) para tratar la infección que padece, apunta una portavoz de Sanidad. Con eso se contribuye al ahorro, pero también a que los medicamentos restantes después de esos tratamientos dejen de acumularse en los botiquines caseros, donde probablemente no volverán a ser utilizados. Según datos de Sanidad, en 2011 se destruyeron más de 3.700 toneladas de medicamentos caducados o no utilizados.

El Constitucional levanta la suspensión del catálogo de medicamentos gallego

El Tribunal Constitucional (TC) ha levantado la suspensión del catálogo de medicamentos de Galicia, que restringe los fármacos sufragados por la sanidad pública en esta comunidad, según ha informado hoy el alto tribunal en un comunicado. Dicho catálogo quedó suspendido el pasado 4 de marzo al admitir a trámite el TC el recurso del Ministerio de Sanidad contra la medida por considerar que la ley de la Xunta que la desarrolla invadía sus competencias y rompía el sistema de igualdad.

Un día antes, el 3 de marzo, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia denegaba esa suspensión cautelar, en respuesta a un recurso presentado por la Federación de Farmacias de Galicia.

En concreto, el TC ha levantado la suspensión del acuerdo del Consejo de la Xunta por el que salió adelante el catálogo en diciembre de 2010, así como de las actuaciones para la aprobación del mismo y del propio catálogo. También ha retirado la suspensión de los artículos 1 a 4 y de las disposiciones adicionales primera y segunda de la ley de racionalización del gasto farmacéutico de Galicia.

El día en que la Xunta aprobó el catálogo, su presidente, Alberto Núñez Feijóo, cifró en unos 100 millones de euros el ahorro que prevé el Ejecutivo autonómico sobre un gasto anual en fármacos de 1.200 millones.

El decreto entró en vigor el pasado 3 de enero y se aplica a 34 moléculas de amplio uso. En él se establece qué fármacos en concreto pueden recetar los médicos, aunque haya otros equivalentes que estén aprobados y tengan el mismo precio. El Ministerio de Sanidad esgrimió en su recurso que esta restricción afecta a la igualdad del sistema y perjudica a los pacientes gallegos y a los viajeros, que no podrán disponer de medicamentos que sí son accesibles en otras comunidades. La regulación dice exactamente qué marca de un producto es el que hay que dispensar, porque era el más barato en ese momento. Supongamos un antibiótico común, la amoxicilina, del laboratorio XXXX. Si un paciente llega a la farmacia con una receta en que se especifique otro (la misma amoxicilina pero del laboratorio YYYY), el farmacéutico estará obligado a cambiárselo, salvo que el paciente renuncie a la subvención a la que tiene derecho (el 100% si es jubilado o el 60% si está en activo).

Éxito desigual de las comunidades en el control del gasto farmacéutico

El control del gasto en medicamentos vendidos con receta en las farmacias se ha convertido en uno de los indicadores del éxito en el ahorro dentro de lo que se ha venido en llamar la sostenibilidad del sistema de salud. Y los datos de marzo (último mes con cifras) muestran una gran desigualdad por comunidades. Por ejemplo, el aumento en Extremadura fue del 8,87% sobre el mismo mes del año anterior. En Murcia cayó un 0,35%. La media nacional estuvo en un aumento del 4,46%. El Ministerio de Sanidad advierte que los datos no se deben usar sólo para comparar entre comunidades, ya que hay factores, como la variación de población o el envejecimiento, que influyen, pero sí muestran tendencias. En marzo de 2009, por ejemplo, la diferencia entre la comunidad donde había habido más aumento (La Rioja, 15,20%) y la que menos (Cataluña, -0,2%) fue mayor.

Pero hay otra manera de verlo. Por ejemplo, la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) ha estudiado la relación entre aumento del gasto y algunas prácticas de las comunidades autónomas, como son el uso de incentivos a los médicos por prescribir por principio activo (el nombre de la molécula, por ejemplo, amoxicilina) o si se molestan en indicar que, de las moléculas equivalentes, se use la de un laboratorio genérico. Para ello, el facultativo debe indicar, en el ejemplo anterior, que se use la amoxicilina EFG (siglas de especialidad farmacéutica genérica). El resultado es que las comunidades que incentivan la prescripción por genérico ahorran, en líneas generales, más que las que promueven el del principio activo.

Isabel Vallejo, ex presidenta de FEFE, explica que esto se debe a que muchas veces, si se incentiva el genérico, el médico lo usa para todo, también para los fármacos que carecen de genérico. De esa manera se dan casos como Andalucía, que recompensa este tipo de recetas (lo son el 80,58%), pero, en cambio, tiene un aumento del gasto del 5,47%, por encima de la media. Ello se debe a que los médicos ya ponen el principio activo para recetar todos los fármacos, incluidos aquellos para los que no hay genérico.

De esta manera, optan al incentivo, pero no repercuten tanto en el ahorro, ya que, en verdad, de esas recetas sólo en el 29,86% de los casos se dio un genérico. En cambio, comunidades como Madrid y Cataluña, indica Vallejo, que sí que promueven que se receten genéricos, tienen una tasa muy similar en el uso de genéricos (27,74% y 25,95% respectivamente), con el resultado de un aumento del gasto del 5,06% y del 3,65% respectivamente.

Como se ve, los datos no indican una relación exacta (no siempre quien más genéricos receta ahorra más), pero muestra una tendencia (donde se incentivan los genéricos, se gasta menos). Con sistemas de prescripción para los médicos dirigidos por ordenador (un programa aconsejará entre los fármacos equivalentes cuál recetar porque sea el más barato), a los facultativos les será más fácil optar por el que suponga un desembolso menor, afirma Vallejo.

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