HISTORIAS DEL VIAGRA
Es la historia de un fenómeno social. Desde los tiempos del mercado negro o los viajes a Andorra para comprar la famosa píldora azul, hasta los entresijos de su lanzamiento en España y el -candoroso o pícaro- comportamiento de los medios de comunicación; Mercedes Pescador Martín lo cuenta todo sobre el lanzamiento de la píldora Viagra en España. Comercializada de forma efectiva desde el 2 de noviembre de 1998, con casi un año de retraso sobre el resto de Europa, Viagra fue portada de periódicos, protagonista de encendidos coloquios televisivos e, incluso, objeto de airados sermones eclesiásticos. Es decir, uno de los medicamentos más notorios de la historia de la farmacología. Pescador, santanderina y directora de una agencia de comunicación en Madrid, lo relata en un libro titulado sencillamente Viagra, que acaba de publicar la editorial Deusto.
La otra cara de la Viagra

En los inicios del uso terapéutico de la Viagra, píldora para mejorar las artes amatorias de los varones, los facultativos comenzaron a sospechar sobre posibles bondades añadidas de este fármaco. Sin pretenderlo, se toparon con un nuevo descubrimiento: los individuos tratados con la píldora del sildenafilo, conocida comercialmente como Viagra, mejoraban ostensiblemente otras afecciones, singularmente los problemas respiratorios.
Fue entonces cuando varios centros hospitalarios españoles se lanzaron a arrojar luz sobre las sombras de un medicamento cuyo uso terapéutico se hallaba todavía en fase preliminar. Hace año y medio, el Servicio de Cardiología del Hospital General de Murcia inició una investigación con diez pacientes, de entre 67 y 80 años, aquejados de hipertensión pulmonar, -patología que provoca un aumento extremo de la presión sanguínea de las arterias que suministran sangre a los pulmones-. Este tipo de hipertensión provoca disnea y fatiga con las consiguientes alteraciones físicas merced a la ausencia suficiente de oxígeno, como hinchazón en las extremidades y uñas y labios amoratados. Su incidencia anual es de entre cuatro a cinco personas por cada millón de habitantes, con corta esperanza de vida. En España, cada año se registra cien nuevos casos diagnosticados.
Los resultados obtenidos por el equipo médico murciano, dirigido por el jefe del servicio de Cardiología, Tomás Vicente Vera, fueron contundentes. El tratamiento con Viagra en pacientes con hipertensión arterial les permitió mejorar su calidad de vida e, incluso, su forma física y cognitiva. Los médicos detectaron, también, un sustancial descenso en el número de ingresos hospitalarios. De la misma forma que en el caso de una disfunción eréctil, la Viagra produce un efecto vasodilatador y aumenta el flujo sanguíneo; la píldora provoca la misma reacción en aquellas personas con hipertensión pulmonar. Los expertos sostienen que el medicamento que comenzó a prescribirse para tratar la disfunción eréctil puede considerarse como uno de los más efectivos vasodilatadores, lo que supone una nueva e importante aplicación terapéutica, resalta el doctor Vera. Un estudio alemán publicado recientemente en la revista del Colegio Americano de Cardiología corrobora esta tesis de los investigadores murcianos. Finalmente, en junio, durante el Tercer Simposium Mundial sobre la Hipertensión pulmonar, la OMS aprobó el sildenafilo como tratamiento para esta afección en fases avanzadas.
Su descubrimiento supone, por tanto, un formidable avance en el tratamiento de esta patología pulmonar que hasta la fecha carecía de pocas alternativas farmacológicas y que supone una mayor esperanza de vida a quienes la padecen, explica Vera. La diferencia entre el tratamiento de los pacientes con disfunción eréctil y el de los enfermos con hipertensión pulmonar radica en la dosis de este principio activo. Mientras los primeros requieren un suministro de entre 25 y 100 miligramos diarios del fármaco, los segundos precisan una cantidad hasta tres veces superior. Su consumo, precisa el doctor Tomás Vicente Vera, no tiene efectos secundarios de forma que su ingesta es "segura" para los enfermos del corazón. Además, apostilla el médico, el tratamiento no produce una erección artificial en tanto que no se trata de una píldora afrodisíaca.
En los últimos años, la Viagra se ha convertido en uno de los fármacos, junto con la aspirina, más estudiados. Más de dos mil artículos, ensayos y publicaciones avalan su seguridad y eficacia.
Entre 40.000 y 50.000 españoles son tratados con la Viagra
Viagra, la píldora contra la impotencia, ha irrumpido en España y en el resto de Europa calladamente, sin provocar ni de lejos el fenómeno social registrado en Estados Unidos, de donde procede. Según datos del propio laboratorio que la fabrica, entre 40.000 y 50.000 españoles están sometidos ya a tratamiento con esta nueva píldora. Son cifras modestas si se tiene en cuenta que tres millones de estadounidenses la consumen.
La demanda de Viagra, la nueva píldora contra la impotencia masculina, desbordó a médicos y farmacéuticos en Estados Unidos cuando ésta se puso a la venta en el pasado mes de abril. Nunca un fármaco contó con una campaña de lanzamiento tan espectacular como la Viagra. Así lo ha confirmado IMS, la auditora internacional de la industria farmacéutica. Sin embargo, Europa, y por ende España, ha recibido con cierta indiferencia el nuevo fármaco, lo cual, asegura el laboratorio fabricante, Pfizer, estaba previsto. Los datos aportados por Pfizer son elocuentes. El número de hombres estadounidenses que utilizan Viagra -tres millones- es 60 veces superior al de españoles que lo hacen -50.000 en el mejor de los casos-, siendo la población de EEUU sólo seis veces mayor que la española.
Ciertamente, la comercialización de Viagra en España ha sido muy posterior. Aquí se empezó a comercializar el 1 de noviembre, pocas semanas después de que la Comisión Europea diese su visto bueno al nuevo fármaco.
"Las ventas de Viagra en Europa se están produciendo tal como se esperaba", asegura un portavoz de la empresa. "Dado que es un medicamento que requiere prescripción médica, es lógico que se vaya incorporando en goteo, poco a poco, de forma muy satisfactoria para el laboratorio, pues se está vendiendo sin problemas, aunque algunos periódicos, como los franceses, han insistido en achacar a Viagra muertes que no se pueden atribuir directamente a la píldora".
Los primeros planes de Pfizer para Europa eran los de "inundar" el mercado del Viejo Continente con las nuevas tabletas y convencer a los Gobiernos de los Quince para que la Seguridad Social financiase el fármaco, objetivo éste que en España no se ha conseguido.
En Estados Unidos hay diez millones de hombres con problemas de disfunción eréctil, mientras que en España esa cifra está entre los 1,5 y los dos millones.