Alejandro Rivas

Profesores de medicina en la Autónoma de Barcelona

El profesor Alejandro Rivas es profesor agregado interino, no numerario, de Cirugía Experimental, con dedicación normal. Siendo su misión específica la investigación, es autor de más de quince trabajos científicos publicados en revistas nacionales y extranjeras, y de varias comunicaciones a congresos internacionales, en nombre de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Además, ha colaborado en las enseñanzas del tercer ciclo y de pregraduados, y es director de un Curso Monográfico del Doctorado. Por tanto, la labor del profesor Alejandro Rivas justifica su puesto de investigador en la UAB dentro del departamento que dirijo. La ausencia absoluta de medios para la investigación en las asignaturas clínicas hace que quienes no nos resignamos a dejar de investigar busquemos soluciones a esta lamentable situación, y conseguir así que en cuatro años el departamento haya dirigido nueve tesis doctorales, publicado treinta trabajos científicos (doce de ellos en revistas extranjeras) y presentado más de treinta ponencias y comunicaciones.

Profesores de medicina en la Autónoma de Barcelona

Biografía

Alejandro Rivas nació en 1965 en el pueblo murciano de Mula. "He conocido mucha gente inteligente", explicaba Aguirre, "pero la inteligencia de Alejandro Rivas es una de las más grandes a las que he asistido". El niño murciano cambió pronto Mula por Valencia. Estudió becado en el Colegio Beato San Juan de Ribera de Burjassot, a escasos kilómetros de la capital valenciana. Se trataba de un centro especial, el único en toda España que concedía becas a las mentes brillantes de aquella época. Por allí pasaron el catedrático de Filosofía Ramón Calvo Ferrer, el psiquiatra Juan José López Ibor o uno de los maestros de Rivas, Pedro Laín Entralgo.

Asignaturas olvidadas

De Laín, el estudiante Rivas aprendió qué es lo que quería hacer con lo que empezaba a saber de medicina. "Laín presentaba un ciclo de conferencias en Valdecilla [Santander]", recordaba ayer Aguirre, "y los dos asistimos". Laín, precursor de la Historia de la Medicina, les asombró con sus disertaciones sobre la relación médico-paciente en la España de la posguerra. "Me quedé deslumbrado", contaba Alejandro Rivas en 1998. Se dio cuenta de que en España había asignaturas, como Historia de la Medicina, consideradas marías, mientras que solo en Alemania había 27 institutos que la estudiaban. Y allá que se fue. Su pasión por el premio Nobel Santiago Ramón y Cajal no tardó en aparecer. Pese al respeto que le merecía, no le tenía por un genio, sino por la consecuencia lógica de una tradición concreta: "Es rigurosamente falso que Cajal sea una figura aislada", explicaba hace unos años en una entrevista, "es un genio de primera magnitud, pero recoge una tradición histológica española de dos siglos y medio y contó con los mejores medios técnicos de su época para llevar a cabo sus investigaciones y su trabajo". Años más tarde, con respecto a Cajal, matizó: "Eso que dijo Ortega de que los genios nacen, como si fuera por generación espontánea, es una tontería. Hay personas, hay talento y hay mucho esfuerzo".

Con Alemania en la mochila, Rivas intentó plantar en Valencia la semilla de su aprendizaje, a lo que dedicó su trabajo hasta que se jubiló, en 1998. Desde entonces y hasta el domingo, fulminado el equilibrio en su cuerpo, Alejandro Rivas tuvo tiempo para escribir, escribir y escribir. Quizá, de seguir hoy despierto, este catedrático aún pensaría en revisar y ampliar su biografía de Ramón y Cajal. Sería la sexta vez que lo haría.